6 de noviembre de 2023
"Una unión entre un elefante, un ratón y
dos hormigas. Es como si cuatro hermanos intentan cruzar la calle de la mano,
pero es muy difícil cuando cada uno camina en distintas direcciones". Esto era
lo que se decía en 1991 cuando el hecho de un acuerdo entre Brasil, Argentina,
Paraguay y Uruguay dejaba de ser una posibilidad y pasaba a ser una realidad.
Hoy, uno de los grandes debates que se da
a nivel político y social, es si Uruguay debe seguir anclado a un bloque que no
logró consolidar un solo tratado con una potencia desarrollada o bloque de
comercio, o si debemos seguir apostando a la "esperanza" de que las diferencias
de base a nivel regional queden de lado algún día y la máquina funcione cómo
debe funcionar.
Yo, soy pro de que debemos cortar las
cadenas de un ancla que quedó solidificada al fondo de un océano profundo y
peligroso, para poder empezar a navegar aguas calmas y prósperas. Usaré
argumentos para cortar esas cadenas.
Pasaron ya 32 años y el MERCOSUR no pudo
tener éxito ni siquiera en consolidar su propio nombre. El paso previo antes de
ser un Mercado Común como tal, es ser una Unión Aduanera, la cual se
caracteriza por el hecho de que dos o más países, además de permitirla libre
circulación de mercaderías, establecen un arancel externo común frente a
terceros países. El Mercosur no logró este objetivo, por consiguiente, no solo
no somos un Mercado Común, donde se permite la libre circulación de
mercaderías, factores, servicios y personas, además de establecer un arancel
externo común respecto a terceros, sino que no somos ni siquiera una Unión
Aduanera que cumpla con su propia definición.
Pero para poder entender 3 décadas de nulo
avance, debemos comprender que el MERCOSUR tenía deficiencias de base que eran
y son notorias.
La Unión Europea tiene la ventaja, de que
sus países miembros tienen diferencias territoriales y poblacionales que son
básicamente intrascendentes entre sí. Los países del MERCOSUR tienen
diferencias abismales tanto a nivel territorial como a nivel poblacional, lo
que determina que los intereses y necesidades de cada miembro, sean
completamente diferentes y en muchos casos totalmente opuestos.
A esto se le suma las diferencias
políticas de cada uno. El Mercosur nace con la crisis de los 80 en sus espaldas
y le toca afrontar la crisis del 2008, la crisis de las materias primas del
2015 y la pandemia. Como bloque, fueron tan marcadas las diferencias políticas
en la visión de los países en el rol del estado en sus 32 años, que ninguna de
las crisis fueron afrontadas con estrategias conjuntas, por lo que todos los
miembros sufrieron de maneras muy diferentes y se recuperaron de maneras muy
diferentes, con monedas fuertes y otras muy débiles dentro de un mismo bloque,
lo que genera brechas cambiarias que hacen que sea tortuosa, la posibilidad de
consolidar un simple proceso de negocio entre empresas.
Pero vayamos a lo más cotidiano. Un
uruguayo que intenta cruzar a Argentina, puede estar 12 horas en espera. Un
camión que intenta cruzar a Argentina, tiene tantos requisitos a nivel de
documentos que puede estar hasta 24 horas esperando en la frontera.
El segundo país al que Argentina le pone
más restricciones comerciales es a Brasil, su propio socio dentro del bloque y
los dos protagonistas del mismo. Incluso el mismo Brasil, el país al que
primero miran los demás cuando miran hacia el Mercosur, no da señales positivas
en cuanto a cambiar sus políticas proteccionistas, ya que Lula endurece cada
vez más el discurso a favor de la industria nacional, sumado a que las falencias
a nivel ambiental de un país donde hay deforestación ilegal e indiscriminada,
va totalmente en contra de las últimas pautas marcadas por la Unión Europea,
para que pueda haber un tratado con el Mercosur.
Sumemos que la situación argentina es una
incertidumbre, para desembocar en el hecho entonces de que el futuro del
Mercosur, más que distante es casi inexistente. Desde inicios del siglo XXI,
cuestiones ideológicas y buena vecindad es lo que viene manteniendo vivo al
bloque comercial más ineficiente del planeta.
La creación del Parlasur en 2005 consolida
el hecho de que los intereses son políticos y no comerciales, siendo para
países como Venezuela, un escudo para poder mantener la poca estabilidad
política que le queda, a la nación con la mayor inflación del mundo.
El Mercosur pecó por juntar economías muy
diferentes y por no actuar en bloque. El comercio entre los países miembros
representa hoy un 11%, la mitad de lo que fue su pico máximo y lo mismo que era
antes de formado el Mercosur.
Quiere decir que después de 32 años,
estamos en el mismo lugar de cuando iniciamos. Tres décadas de absolutamente
nada e infinitas oportunidades perdidas, oportunidades que a nivel individual
hubieran significado que América Latina no fuera el nuevo sinónimo de inestabilidad
que es hoy en día.
Para que el bloque pudiera lograr algo,
necesitaría años para que sus miembros tengan estabilidades a nivel país
similares, años más de negociación y años más de transcursos de cualquier
tratado que consigamos antes de su implementación total. Tenemos entonces
varias décadas más de incertidumbre y no mucho más.
Nuestro complejo de "paisito" muchas veces
ayuda a exagerar el impacto que tendría irse del bloque, ya que la realidad
geográfica de Uruguay no se perdería si nos vamos del Mercosur. Uruguay es un
Hub logístico por excelencia gracias a sus características territoriales, a su
puerto principal, la profundidad del mismo y a su Ley de Puerto.
Sumándole que su matriz productiva por
excelencia, va de la mano con las necesidades de un mundo que necesita cada vez
más alimentos y desarrollo en energías renovables. Si el desempeño de Uruguay a
nivel de tecnologías y software da de qué hablar en el mundo, imaginemos lo que
podría llegar a ser con un mercado mucho más abierto y que nos permita incorporar
aún más conocimientos y recursos.
Si los comentarios en 1991 hablaban de
elefantes, ratones y hormigas, me queda claro que el tamaño del animal no hace
referencia directa al tamaño del país, ya que creo que Uruguay tiene todo para
ser el elefante.
¿Tú qué dices?
¿Mercosur sí o Mercosur no?
06/11/2023
06/11/2023