TRANSPORTE SUSTENTABLE

TRANSPORTE SUSTENTABLE

SMART FREIGHT CENTRE, BRINDANDO HERRAMIENTAS PARA LA TRANSICIÓN SUSTENTABLE DEL TRANSPORTE DE CARGAS

6 de noviembre de 2023

"Las empresas multinacionales vienen liderando las iniciativas. En Europa, claramente han sido ellas y ya están entrando en una segunda fase, por decirlo de alguna manera, que es implicar también a las empresas proveedoras en sus programas, muchas veces a partir de las demandas de sus principales clientes".

El Smart Freight Centre (SFC) es una organización sin fines de lucro con base en Amsterdam, Países Bajos, que desde hace 10 años desarrolla herramientas para impulsar la reducción de emisiones del sector del transporte de cargas.

Algo sumamente relevante, ya que el sector es responsable de entre el 10-15% de las emisiones totales que se generan a nivel global.

Como miembro del Consejo Asesor del SFC, Jorge Tesler, nos cuenta todo sobre la actualidad de las actividades de la institución y sus logros.


¿Cómo es la modalidad de trabajo y la actualidad del SFC?

El Smart Freight Centre realiza trabajos de investigación, metodologías y técnicas aplicables para la reducción de emisiones en transporte automotor de cargas.

A partir de esto, se han desarrollado planes de capacitación para que los responsables de la gestión de flotas puedan aplicar estas herramientas.

También, han trabajado en una serie de programas con otras organizaciones internacionales que están bajo la misma iniciativa de reducción de emisiones, y entre ellas han hecho programas conjuntos para el transporte aéreo, para la última milla, entre otros.

Entre estas iniciativas, una para destacar, es la participación activa que tuvo el SFC en el desarrollo de la nueva norma ISO 14083, que es exactamente para la reducción de emisiones en el transporte.

El director técnico del SFC ha participado en ese desarrollo y ha conseguido que la metodología desarrollada en conjunto con otras organizaciones para el registro, cálculo y reporte de las emisiones de CO2 en el transporte de cargas, sea incluida en las normas ISO como lineamientos a seguir por todas aquellas organizaciones que quieran certificar la norma.


¿Tiene el SFC actividad en Latinoamérica?

El SFC desarrolló el Global Logistics Emission Council (GLEC), un marco global para el cálculo y reporte de emisiones que cuenta ahora con una actualización y versión en Español, porque en los últimos dos años y medio hemos desarrollado mucha capacitación en Latinoamérica, especialmente en México, donde hemos capacitado a 150 empresas del mundo del transporte.

Una iniciativa financiada por una organización alemana que trabaja mucho para el desarrollo sustentable de países en Latinoamérica, y ellos han impulsado la capacitación en conjunto con la Secretaría de Medio Ambiente de México, donde hemos puesto en marcha la versión en español de la capacitación y la metodología GLEC.

A partir de ahí, estamos haciendo también propuestas de ese mismo tenor en Chile, Argentina, Colombia y Paraguay.


¿Cómo perciben el compromiso de los países latinoamericanos en temas de sustentabilidad?

En Latinoamérica hay tres países que han hecho, digamos, una tarea un poco más sistemática y en continuidad: México, Colombia y Chile.

No casualmente estos países tienen programas nacionales para la promoción de la reducción de emisiones en el transporte. Entonces, desde los gobiernos nacionales y, en varios casos, en conjunto con el sector académico, han podido proponer a las empresas PYMES en general, qué es lo que tienen que hacer para empezar a hacer el registro de información, la medición, las propuestas de mejoras y la formación en general.

México tiene ya hace tiempo a cientos de transportistas asociados a un programa mediante el que les ayudan a hacer el cálculo de emisiones.

En Colombia, el sector académico ha apostado mucho por esto y han desarrollado una serie de herramientas para las mediciones en el ámbito de la última milla, particularmente en la ciudad de Bogotá.

Al igual que en Chile, donde el sector académico desarrolló una serie de herramientas que luego fueron compartidas con el gobierno, a través del Ministerio de Medio Ambiente, que luego ha tomado el tema a su cargo.

Uruguay también ha hecho algunas iniciativas, un poco de menor dimensión, al igual que lo ha hecho Argentina.

Yo hace más de 10 años que vengo trabajando el tema en Argentina, durante mi paso por el ITBA (Instituto Tecnológico Buenos Aires), donde nos costó mucho inicialmente convocar a las empresas para compartir información, formarse y empezar a trabajar en temas de sustentabilidad.

Pero, sin embargo, hemos conseguido un grupo aún reducido de empresas que están haciendo actividades en forma consistente y continua. Pero Argentina esta bastantes pasos atrás todavía de otros países de Latinoamérica.

A modo de conclusión, creo que la primera cuestión es que es importante destacar la necesidad de darle continuidad a esto, que más allá de los gobiernos de turno, estos temas se instalen en la agenda nacional de los países.


¿Cómo ves que va evolucionando el interés genuino de las empresas y gobiernos en estos temas?

Las empresas multinacionales vienen liderando las iniciativas. En Europa, claramente han sido ellas y ya están entrando en una segunda fase, por decirlo de alguna manera, que es implicar también a las empresas proveedoras en sus programas, muchas veces a partir de las demandas de sus principales clientes.

En este sentido, se han desarrollado inclusive algunos programas de formación para quienes tienen que comprar transportes.

En el SFC tenemos un programa corto dedicado a quienes tienen que comprar transportes, justamente para desarrollar cuáles son las características que tienen que tener en cuenta de su empresa transportista, qué es lo que pueden pedir, en qué forma pueden colaborar con ellas para el registro de información, el reporte, para promover también esta actividad en las empresas de menor dimensión.


¿Cómo es la relación entre la sustentabilidad de las operaciones logísticas y el comercio internacional?

Hoy por hoy, si las empresas que exportan a Europa no están haciendo nada en relación con la reducción de emisiones, tienen una penalización en sus productos cuando ingresan al bloque.

Las multinacionales siguen haciendo sus presiones, primero en Europa y en Estados Unidos, que después bajan también a Latinoamérica, pero donde todavía no han tenido un gran impacto, porque en nuestra región muchas veces hay otras prioridades en función de la situación.

Sin embargo, se está evolucionando y ya tenemos empresas multinacionales que están copiando, de alguna manera, lo que se están haciendo en sus casas matrices.


¿Cuáles son los primeros pasos para que una empresa comience a trabajar en la reducción de sus emisiones en el transporte?

Lo primero es conocer. Aunque parece obvio que una empresa de transporte debería conocer y gestionar muy bien su consumo de combustible, así como de otros insumos, en la mayoría de los casos las empresas no son lo suficientemente estrictas en la gestión de la información respecto a estos ítems.

Entonces, lo primero es hacer una mirada hacia adentro: ¿Cómo estamos administrando el combustible? ¿Quién es el que registra el consumo? ¿De dónde se registra? ¿Dónde se documenta? ¿Cuánto se está pagando por cada recorrido?

Conocida entonces la mirada interna y habiendo definido quiénes son los involucrados en esto, lo siguiente es un paso de capacitación muy corto, seis horas máximo, de capacitación en algunos temas claves.

Luego, cada empresa tiene que analizar dónde están los datos necesarios para el cálculo de emisiones.

Los mismos normalmente están dispersos en la organización, una parte la tiene el operativo, la otra parte la tiene la administración, la otra parte la tiene el de mantenimiento, o sea, están siempre un poco dispersos.

Entonces, conjugamos, consolidamos los datos, identificamos cuáles son los coeficientes que se tienen que usar, usando la metodología que establece qué tipo de parámetros hay que incluir en función del tipo de combustible, el tipo de vehículo, etcétera.

Les enseñamos a calcular y, a partir de ahí, el grupo de trabajo interno en cada empresa define qué tiene que hacer para mejorar en función de la capacitación que ha recibido.

Tras estos cuatro pasos, ya con el quinto se cuenta con un plan de acción y ahí entra en acción el management, que tiene que hacer el monitoreo y el cumplimiento de objetivos en un lapso determinado.


¿Cuándo llegan los resultados?

Algunas de las iniciativas dan resultados entre los primeros tres a seis meses, pero tenemos casos de reducciones muy considerables en el costo del combustible de las empresas de transporte que se dan de forma casi inmediata.

Por eso es importante que los transportistas entiendan que esto no solo representa un beneficio para el medioambiente, sino que además es también una cuestión de bolsillo, que impacta directamente en el costo operativo.



Seguí informandote